¿Cómo nacen los girasoles?

Los girasoles nacen a partir de semillas, estas germinan rápidamente y de ellas nace una planta de color verde con hojas de forma ovalada. Con el paso del tiempo esta planta se desarrolla y desarrolla la flor que todos conocemos. Esta flor es la principal protagonista de la reproducción inusual de esta planta.

Reproducción de los girasoles

Las cabezas de los girasoles están compuestas de forma diferente a muchas flores. La cabeza de flor del girasol está formada por muchas pequeñas flores o floretes. Alrededor del perímetro de una cabeza de flor se encuentran grandes pétalos de color amarillo que son estériles y no tienen estructuras reproductivas.

En el centro de cada cabeza de flor se encuentran anillos concéntricos de diminutas flores disco o floretes con partes reproductivas que pueden ser fecundadas con el fin de producir semillas y frutas.

En cada cabeza de girasol puedes encontrar entre 1.000 y 2.000 flores diminutas.

Las flores fértiles del disco tienen partes reproductivas masculinas y femeninas. En cada florete hay una parte hembra y dos partes macho. Los girasoles no se polinizan a sí mismos. La parte femenina se encuentra sobre las partes masculinas. Las anteras masculinas liberan su polen y las hembras desarrollan estigmas para recibir el polen de una planta cercana transportada por abejas e insectos.

Si la polinización no se da por insectos o por el viento, un girasol se puede auto polinizar. Los estigmas femeninos se curvan hasta que tocan el polen de la parte masculina.

Nacimiento de los girasoles

Luego de fecundadas las partes femeninas se empiezan a desarrollar las semillas. Estas, pueden ser plantadas de forma natural al caer de la cabeza de flor o bien a mano cuando son recolectadas.

Se desarrollan adecuadamente en suelos con buen drenaje y cálidos. Deben plantarse a unos 60 cm en el suelo. La planta se desarrolla hacia arriba antes que las raíces puedan enredarse en el suelo.